También el obispo copto católico de Guiza recuerda que la verdadera libertad siempre es responsable
Por Redacción
MADRID, 20 de enero de 2015 (Zenit.org) – Las viñetas de Mahoma publicadas por la revista satírica francesa Charlie Hebdo son «ofensivas» y los ultrajes deben ser rechazados «a todos los niveles». Ha declarado a los medios locales el patriarca copto ortodoxo Tawadros II, que ha expresado su desaprobación por la elección tomada por los supervivientes del equipo de la revista, cuya redacción ha sufrido numerosas pérdidas en el ataque terrorista del pasado 7 de enero.
Después de la masacre, la revista ha vuelto a los quioscos el pasado miércoles, 14 de enero, con un ejemplar –con una tirada de 5 millones de copias– cuya portada muestra una caricatura del profeta Mahoma llorando y sosteniendo un cartel que dice «je suis Charlie», además del titular «tout est pardonnè» (todo está perdonado).
“Yo –ha explicado el Patriarca– rechazo cualquier forma de insulto personal, y cuando las ofensas están relacionadas con las religiones, no se les puede dar aprobación ni en el plano humano, ni en el moral y social. No ayudan a la paz del mundo, y no producen ningún beneficio”.
El Patriarca copto ha realizado estas declaraciones al encontrar a algunos periodistas en el contexto de la importante visita realizada a Egipto por Abuna Mathias, patriarca de la Iglesia ortodoxa etíope.
Por su parte, el obispo copto católico de Guiza, Mons. Anba Antonios Aziz Mina ha indicado a la Agencia Fides que «las viñetas son exaltadas como expresión de libertad. Pero la verdadera libertad siempre es responsable. No ofende de forma gratuita, no ridiculiza y no lastima a los demás, tocando en las cosas que tienen en el corazón, especialmente en materia de religión y fe».
«Tal vez es bueno no dar importancia a estos ataques, y no tener reacciones que luego son manipuladas y falsificadas como si se tratase de oscurantismo», ha añadido.
«Sobre todo porque, para nosotros los cristianos, la fe es un don gratuito de Dios, que da a quien él quiere. Y quién lo recibe no sólo no puede imponerlo a los demás, sino que no tienen ni siquiera el problema de tener que defenderlo de las ofensas. Porque es el Señor mismo quién piensa en defender el don de la fe», ha concluido.