TÉRA, una ciudad a orillas del desierto.
La ciudad de Tera está situada a orillas del desierto del Sahara, a 176 kms al Oeste de Niamey, la capital del país, y fronteriza con Burkina Fasso. Tiene alrededor de 30.000 hab. y es la capital de una región de 20.100 Kms2. La mayoría pertenecientes a la etnia Songay-Derma,
Está bien comunicada con la capital por medio de una carretera asfaltada, que une Niamey con Ouagadougou, la capital de Burkina Fasso. El clima es casi desértico con una pequeña estación de lluvias que va de Junio a Septiembre.
La situación económica semeja a la del resto del país, agravada quizá por la cercanía del desierto y el número considerable de nómadas que se instalan en la ciudad en condiciones miserables buscando un trabajo y unos medios de vida que no suelen encontrar.
La mayor parte de la población vive de una agricultura de subsistencia. Se cultiva fundamentalmente el sorgo y el mijo que constituyen el alimento base.
Toda la región está formada por un páramo desértico en sus tres cuartas partes, el resto se cultiva, pero la producción no basta para alimentar a todos sus habitantes.
La ganadería supone una riqueza considerable en la región, el mercado de Tera, que tiene lugar todos los jueves, es testigo deL comercio de vacas, cabras, ovejas y camellos que salen hacia los países vecinos: Ngeria, Burkina Fasso, Mali y Gana.
La escolarización en la región de Tera no llega al 15 % y la enseñanza es de una calidad tan deficiente, que es frecuente encontrar adolescentes que emprenden la enseñanza secundaria sin saber leer ni escribir.
En la ciudad de Tera descubrimos un gran número de familias que viven situaciones de pobreza límite cuyos hijos no van a la escuela o la han tenido que abandonar y sobreviven en condiciones miserables.
Ahí es donde encontramos la comunidad cristiana con la que trabaja Rafael Marcos. Esta comunidad está compuesta por un grupo de 30 personas, cristianos que se reúnen cada domingo y que nació a raíz del impulso, en los años 30, de una persona llamada Duramán que se alistó en el ejército francés y se convirtió al cristianismo. Él fue quien constituyó la comunidad cristiana de Téra uniendo varios pueblos cercanos. Llegaron los redentoristas que crearon una misión con servicios tales como escuelas o dispensarios abiertos a toda la población de la provincia, no solamente a los cristianos.
El proyecto en el que ya trabaja Rafael Marcos está enfrascado en la escolarización de niños pertenecientes a la etnia “songhai”. Los “songhai” son gente muy independiente, con valores alejados de los clanes. Saben lo que quieren, tienen una manera de hablar muy contundente y rotunda. En suma, nada que ver con otras tribus de la zona.
La comunidad de Téra llevaba años esperando tener una sacerdote cristiano. Y fue el diálogo y el consenso de los representantes de dicha comunidad con los misioneros lo que permitió conocer cuáles eran sus anhelos y necesidades y definir el proyecto que presentamos en este artículo. Está comunidad es perfectamente consciente de que el futuro está en la formación, por eso quieren una escuela. Así se lo hicieron saber a Rafael Marcos y a los misioneros destinados en Téra.
EL PROYECTO: ALIMENTACIÓN A CAMBIO DE ESCOLARIZACIÓN
El objetivo de este proyecto es la atención y cuidado de niños de entre 7 y 15 años, de edad escolar y que viven en una situación económica de extrema pobreza, que no han podido ir a la escuela o han tenido que abandonarla. En consecuencia muestran un retraso escolar considerable: facilitarles su escolarización y asumir también su alimentación, vestido y sanidad forman parte del proyecto.¬
Tras de haber recibido la petición de ayuda de las autoridades locales y de los servicios sociales de la ciudad vamos a responsabilizarnos de la formación y cuidado, en una primera fase de 25 de estos niños, la mayor parte de ellos musulmanes, pero los hay también cristianos.
Los beneficiarios directos del proyecto serán, evidentemente, estos 25 niños. Aunque los beneficiarios indirectos serán también sus familias y entorno social.
En primer lugar, pretendemos asegurarles la educación básica en las propias escuelas de la zona. El problema radica en que las familias de estos niños no tienen medios económicos, por lo que no acuden regularmente a las clase de los colegios públicos. Por tanto, el primer paso es garantizarles a ellos y sus familias los alimentos que necesitan (mijo, arroz y sorbo). El siguiente paso es construir o alquilar un lugar concreto donde se les pueda reunir y darles un complemento de formación las tardes y los fines de semana además de procurarles una formación humana y social adecuada.
Y es que estos niños viven un notable retraso escolar ya que el nivel de todos ellos es muy bajo, tanto por su propia situación como por la deficiente educación pública en Téra. Se dan muchos casos de chavales que llegan a secundaria sin saber leer ni escribir. Con estas ayudas económicas y la creación de esta pequeña infraestructura, se pretende que los niños puedan estudiar, alcanzar un ritmo adecuado en su formación y quedarse a vivir con sus familias.
Todos los meses las familias de los niños recibirán mijo, arroz, maiz (el alimento de base de la población), condimentos, carne y pescado; también recibirán el material escolar, la vestimenta requerida y podrán disfrutar de protección sanitaria.
Entidades de apoyo y ayuda.
Para sacar adelante el proyecto, contamos con la Misión Católica de Tera formada por tres misioneros españoles de la Sociedad de Misiones Africanas y la ayuda incondicional de la diócesis de Niamey tanto en lo que respecta al personal como a la ayuda material.
Además, dentro de la comunidad cristiana contamos con personal docente formado tanto a nivel escolar como en formación secundaria. Y También gente de buena voluntad de la comunidad musulmana.
Por el momento Desde Acción Social Católica nos hemos comprometido con los gastos del curso de septiembre. 2011-2012. por un importe de 9.000 €.
LA EXPERIENCIA EVANGELIZADORA DE RAFAEL MARCO. MÁS DE 40 AÑOS EN ÁFRICA