Lo que comenzó como una colaboración puntual para apoyar a mujeres rurales en la cría de cerdos, se ha convertido en un proyecto de dos años que sigue dando frutos.
Ya son 8 porquerizas las construidas y entregadas a grupos de mujeres para su cuidado. La cría controlada de cerdos permite una mayor producción al evitar enfermedades y pérdidas de lechones. En cada porqueriza se instalan cuatro hembras de cría y un macho. Las instalaciones cuentan con dos zonas cubiertas y otras tantas abiertas.
La gestión de las porquerizas se hace por grupos de mujeres, quienes se encargan de la alimentación y limpieza, así como la posterior comercialización de los lechones engordados