En la audiencia general el Santo Padre habla de la alegría de la Resurrección e invita a preguntarse ¿por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?
Por Rocío Lancho García
CIUDAD DEL VATICANO, 23 de abril de 2014 (Zenit.org) – La semana pasada el papa Francisco recibió un mensaje de parte de unos trabajadores de la empresa Lucchini de la ciudad italiana de Piombino, enviado antes del cierre de este alto horno. El Santo Padre ha afirmado, esta mañana en la audiencia general, que este mensaje le ha conmovido verdaderamente y que le dejó triste. «Queridos trabajadores, queridos hermanos, en vuestros rostros se dibujaba una profunda tristeza y preocupación de padres de familia que piden solo su derecho a trabajar, vivir con dignidad y poder cuidar, alimentar y educar a los propios hijos». El Pontífice les ha asegurado su cercanía y oración. El Santo Padre les invitó a no desanimarse: «El Papa está junto a vosotros y reza por vosotros para que cuando se apaguen las esperanzas humanas permanezca siempre encendida la esperanza divina que no decepciona nunca». Asimismo les ha «abrazado fraternamente».
A todos los responsables les ha pedido que cumplan «todo esfuerzo de creatividad y generosidad para reencender la esperanza en los corazones de estos nuestros hermanos, en el corazón de todas las personas desempleadas por causa del derroche y de la crisis económica». A continuación el Pontífice ha alzado su voz para pedirles «¡por favor, abrid los ojos y no os quedéis de brazos cruzados!»
Los enfermos han sido los primeros en saludar hoy al Santo Padre en la audiencia general. Mientras en la plaza de San Pedro la multitud esperaba la llegada de Francisco -que hoy se he producido un poco más tarde de lo habitual- el Papa ha pasado un largo rato saludando un grupo de enfermos y a sus familiares. El encuentro ha tenido lugar en el Aula Pablo VI y sin ninguna prisa, el Santo Padre ha saludado, bendecido y charlado tranquilamente con muchos de los que allí se encontraban. Visiblemente emocionados, los enfermos con sus familiares y acompañantes han abrazo al papa Francisco y han tenido tiempo para intercambiar con él unas palabras.
Ya en la plaza, el Pontífice argentino ha recorrido los pasillos subido en el jeep, el que va parcialmente cubierto debido a la lluvia con la que hoy ha amanecido Roma. El color a la plaza hoy lo daban las banderas, pancartas y globos de las miles de personas concentradas en San Pedro que han acudido este mañana a escuchar la catequesis de la audiencia general. El Santo Padre ha bendecido a algunos niños, ha bebido mate e incluso ha bajado del jeep para charlar con uno grupo de niños que se encontraba en primera fila y se ha puesto la gorra roja de uno de ellos.
La catequesis de hoy se ha centrado en la alegría de la Resurrección. Y ha invitado a todos los fieles presentes a repetir tres veces en voz alta «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?», y ha pedido reflexionar a lo largo del día de hoy sobre este aspecto.
En la presentación del lector de lengua española, ha transmitido de parte de los peregrinos de lengua española la felicitación al Santo Padre por su onomástico, ya que hoy, 23 de abril, es San Jorge.
En el resumen de la catequesis que el Santo Padre hace en español ha dicho: «Queridos hermanos y hermanas: En estos días celebramos con alegría el gran misterio de la resurrección de Cristo. Es una alegría auténtica, profunda, que se basa en la certeza de que Cristo resucitado no muere más, sino que vive y actúa en la Iglesia y en el mundo. No es fácil aceptar la presencia del resucitado en medio de nosotros. La pregunta que el ángel dirigió a las mujeres, aquella mañana de Pascua: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?”, nos debe interrogar también a nosotros. Buscamos entre los muertos al que vive cada vez que nos encerramos en el egoísmo o en la autocomplacencia, cuando nos dejamos seducir por el poder y las cosas de este mundo, olvidando a Dios y al prójimo, cuando ponemos nuestra esperanza en vanidades mundanas, en el dinero o el éxito; cada vez que perdemos la esperanza o no tenemos fuerzas para rezar, cada vez que nos sentimos solos o abandonados de los amigos, e incluso de Dios, cada vez que nos sentimos prisioneros de nuestros pecados. La advertencia del ángel nos va a ayudar a salir de nuestras tristezas y a abrirnos a la alegría y a la esperanza. La esperanza que remueve las piedras de los sepulcros y nos empuja a anunciar que Jesús está vivo».
A continuación, ha saludado «con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, México, Costa Rica, Colombia, Uruguay y Argentina y otros países latinoamericanos. Que en este tiempo de Pascua abramos nuestra vida al encuentro con Cristo resucitado y vivo, el único que puede dar verdadera esperanza».
Al finalizar la audiencia, el Santo Padre también ha querido dar las gracias por las felicitaciones de Pascua que ha recibido en las semanas pasadas y ha devuelto estas felicitaciones a todos. «Deseo dar las gracias de corazón a los niños, los jóvenes, ancianos, familias, comunidades parroquiales y religiosas, asociaciones y movimientos de diferentes grupos que han querido manifestarme afecto y cercanía. Les pido a todos que continúen rezando por mí y por mi servicio a la Iglesia».
También ha recordado que el próximo domingo será beatificado en el Piomonte, Giuseppe Girotti, del que ha destacado «su heroico testimonio cristiano y su martirio» para que pueda suscitar en muchos el deseo de adherirse cada vez más a Jesús y al Evangelio.