CIUDAD DEL VATICANO, 27 de octubre de 2013 (Zenit.org) – El papa Francisco celebró hoy la misa conclusiva de la Jornada Mundial de la Familia, en la plaza de San Pedro ante una enorme multitud de casi 200 mil personas.
La jornada de dos días, precedida por un congreso de tres, es parte del Año de la Fe, convocado por Benedicto XVI y que finaliza el próximo mes de noviembre.
Ayer por la tarde mañana fue la peregrinación de las familias ante la tumba de san Pedro y por la tarde una celebración festiva en la plaza de San Pedro en donde familias, niños, papás, mamás y abuelos dieron su testimoniol
En la homilía el santo padre invitó a las familias «a rezar en conjunto, el esposo por la esposa, los papás por los hijos, los hijos por los papás, y también por los abuelos». Porque «rezar en familia y vuelve fuerte a la familia».
Superando las dificultades que se plantean pues «es también cuestión de humildad, de reconocer que tenemos necesidad de Dios, como el publicano. Y se requiere sencillez. Rezar juntos el «Padrenuestro», alrededor de la mesa, se puede hacer. Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza.
«¿De qué manera custodiamos nosotros la fe? –interrogó el santo padre– ¿La tenemos para nosotros, en nuestra familia, como un bien privado, o sabemos compartirla con el testimonio, con la acogida, con la apertura hacia los demás?»
Hacia el final de la Eucaristía, ante el ícono de la Sagrada Familia que presidía la misa conclusiva de la Jornada Mundial de las Familias, el papa Francisco rezó una oración encomendando a las familias, pidiéndo que sean cenáculos de oración e Iglesias domésticas, y a renovar el deseo de santidad.
Al concluir la santa misa, el santo padre rezó el ángelus y dijo: «invocamos la protección de María, nuestra Madre, para las familias del mundo entero, en particular las que viven situaciones de mayor dificultad. E invitando al público a seguirlo rezó tres veces: «Maria, reina de las familias, ruega por nosotros.
Después se despidió brevemente de los presentes y encima del jeep blanco pasó entre la multidud saludando con el cariño que le contradistingue.