Los terroristas que atacaron una iglesia en la región francesa de Normandía, en el norte del país, obligaron al sacerdote asesinado, Jacques Hamel, a arrodillarse en el suelo del templo y grabaron el crimen en vídeo, según ha relatado una de las monjas secuestradas.
Las declaraciones de los testigos han arrojado luz sobre lo vivido en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, asaltada por dos hombres armados en nombre del grupo terrorista Estado Islámico. Esta organización ha reivindicado la autoría del ataque, cometido supuestamente por dos de sus «soldados».
Los terroristas retuvieron en el interior del templo al sacerdote, Jacques Hamel, que ha muerto degollado, a dos monjas y a dos feligreses. Otra monja consiguió escapar y dio la voz de alarma a las autoridades.
Una de las mujeres, identificada como la hermana Danielle, ha explicado a la emisora RMC que los dos terroristas entraron durante la misa decididos a asesinar al religioso. «Le obligaron a ponerse de rodillas, intentó defenderse y es cuando comenzó el drama», ha contado.
La hermana Danielle ha contado que los dos terroristas llegaron a grabar el asesinato de Hamel, que murió degollado. Además, «hicieron una especie de sermón alrededor del altar en árabe», ha recordado esta monja, testigo del «horror».
Una fuente de la investigación ha confirmado al periódico ‘Le Figaro’ que los terroristas tenían, además de armas blancas, una pistola «inoperativa» y un dispositivo «falso» que hicieron pasar por una bomba.
Las autoridades inicialmente fueron prudentes al pronunciarse sobre «las motivaciones y el perfil» de los autores, que entraron en la iglesia al grito de «Alá es grande» y portando una «chachia» (gorro típico musulmán). Todo parecía indicar que se trataba de un nuevo atentado islamista y así se confirmó en cuanto comenzaron los testigos a relatar lo sucedido.
Reivindicación del Estado Islámico
DAESH ha reivindicado el atentado identificando a los asaltantes como «dos soldados del Estado Islámico». La autoría de la barbarie se la han atribuido a través de la agencia de noticias Amaq, vinculada a la organización yihadista, que ya fue utilizada para atribuirse el atentado masivo de Niza del 14 de julio.
Reacciones al crimen
Las primeras reacciones a lo sucedido no se han hecho esperar, desde el mundo de la política y desde la Iglesia Católica.
Para el presidente francés, François Hollande, quien se ha desplazado hasta Normandía con el ministro del Interior, es un atentado «innoble» y ha llamado a los franceses a «estar juntos» ante lo que considera una declaración de guerra por parte de DAESH. «Nos ha declarado la guerra» ha aseverado y ha alertado también de que «la amenaza sigue siendo muy elevada».
El Papa Francisco ha transmitido su «solidaridad y proximidad» a la iglesia de Francia. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi admite, en un comunicado, que se encuentran «preocupados» tras esta toma de rehenes que se produce después de una cadena de ataques perpetrados durante los últimos días.
«Es una noticia terrible, que se suma desgraciadamente a una cadena de violencia que, estos últimos días, nos ha perturbado, creando un inmenso dolor y suscitando una viva preocupación», apunta en una nota de prensa.
En esta ocasión, según precisa, se sienten «particularmente golpeados» al tratarse de una ataque contra una iglesia, «un lugar sagrado en el cual se anuncia el amor a Dios».
«La Iglesia Católica no puede tomar otras armas que la oración y la fraternidad entre los hombres», ha manifestado el arzobispo de Rouen, monseñor Dominique Lebrun, quien se encontraba en Polonia para participar en el encuentro de los jóvenes con el papa Francisco.
A esta petición y condena del arzobispo francés se han unido los obispos españoles que además de condenar el ataque en la iglesia francesa piden «el fin de toda violencia».
«Nuestro dolor y condena por el ataque sufrido en la iglesia S. Etienne du Rouvray. Oramos por el sacerdote asesinado, heridos y el fin de toda violencia», reza el mensaje publicado este martes en la red social Twitter por el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo.
Por su parte el teólogo español del ‘Berkeley Center for Religion, Peace a World Affairs‘ José Vicente Casanova, ha advertido de que «hay que tener mucho cuidado» al hablar de «enfrentamiento» entre religiones ya que «muchos» autores de crímenes o actos violentos no tienen ningún pasado religioso, sino «una serie de frustraciones, por lo que sea, con las sociedades modernas» y «sólo adoptan un discurso religioso» en el momento del crimen. En su opinión Europa debe aprender «la convivencia plurirreligiosa y secular» y no pensar que «la religiosidad desaparecerá con la modernidad».
Desde Ayuda a la Iglesia Necesitada – ACN España, han remitido una comunicación en la que afirman » expresamos nuestro profundo dolor ante el asesinato del P. Jacques Hamel, de la parroquia francesa de Saint-Étienne-du-Rouvray (sur de Rouen, Normandía).
Pedimos a Dios por las víctimas y sus familiares, por los feligreses, especialmente por los tres que resultaron heridos, uno de ellos ahora en estado grave. Rezamos por el fin de la violencia, por la conversión de los terroristas y por todas las víctimas de este sinsentido en tantos lugares del mundo.
Que como San Juan Pablo II podamos reconocer que “donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia”.